Sentimientos..

El placer toca tu puerta..*

Y entonces él entró en el bar. Ella al notar su presencia siente un leve escalofrío pero no dejaría que se le notara, para ella no era otro hombre habitual de ese bar, ella era la simple camarera de su bar favorito. Él caminó decidido hacia la barra dispuesto a pedir lo de siempre, la amable camarera puso su mejor sonrisa y fingió que no recordaba su cara, ni tampoco su bebida. Él pidió – Un Jhonny Walker, solo con hielo – Nyck había tenido un día difícil, pero aún así dedicó una mirada profunda y sutil a la preciosa camarera, ella era la única que le alegraba el día por la noche.
Laura tras servir el Jhonny Walker vuelve a la barra, con su despampanante falda negra, en busca del apuesto caballero, ella para sí le llamaba Jhonny puesto que solo sabía su bebida favorita y el bar que visitaba todos los viernes sin falta.
Se acercó sensualmente y desde detrás de la barra a Jhonny, se inclinó un poco encima de esta, ahora frente a frente, un mechón de pelo rebelde, ondulado y moreno se le puso delante de la cara de rasgos felinos, a su vez a Jhonny le temblaban las manos, pero sus ojos dorados se iluminaban al notar su cercanía. Ninguno articuló palabra, Laura se limitó a mirarle directamente al  nacarado de sus ojos y sin temblarle el pulso introdujo su dedo índice dentro de la bebida con hielo, lo sacó y acto seguido se lo metió en la boca, el carmín rosado hizo mella en su mano, Nyck un chico que parecía seguro de sí mismo, tras este acto improvisado notaba la boca seca y un calor repentino corriendo por su pecho, bebió un poco del dulce alcohol en el que se había introducido el pecado, un trago breve pero que marcó la perdición, Laura no paraba de mirarlo mordiéndose el labio inferior, y Nyck ahora perdido no podía perderse ningún detalle del espectáculo.
Ella le guiña un ojo en actitud de ‘’ ¡Sígueme!’’ y Jhonny no se hizo de rogar y fue tras su cazadora siendo ahora él la presa.
Se conocían desde hace 6 Jhonny’s, un viernes cada uno, sin tan siquiera conocer uno el nombre del otro, aunque eso no importó para que el almacén del bar se tiñera de rojo pasión. La lujuria acumulada se apoderó de sus cuerpos, por el sudor la falda de Laura se le estrechó en los muslos, estaba irresistible, hacía mucho calor dentro de aquella habitación cerrada y ellos eran dos ascuas encendidas. Jhonny no soportaba la tentación a la que se sometía, la agarró del trasero y le acarició los pechos, Laura se estremecía y se dejaba hacer, aunque le toca a ella, le muerde el cuello y le acariciaba el miembro viril, este duro y caliente, se agachó y como el dedo que metió en la bebida se lo metió en la boca, como si de una piruleta se tratara, intentó succionar todo el azúcar.
Jhonny muerto de placer la levantó en peso y rodó la braguita que ella aún llevaba puesta, se la metió; Laura jadeaba, gritaba de placer y se agarraba fuerte de los brazos de aquel hombre que la mecía de arriba hasta abajo, ella no pudo evitar arrancarle la camisa, de donde lucieron unos fornidos músculos. Ella tenía la camisa blanca de botones desabrochada así pues Jhonny metió la cara entre los pechos de ella, mientras se balanceaba para meter y sacar la herramienta del placer, con la lengua y pequeños mordisquitos estimulaba los pezones, ya Laura no cabía en su placer, Jhonny la bajó de las alturas para que ella se pusiera de espaldas a él y rodearla con sus brazos, ahora los dos frente a las estanterías, se la volvió a meter y ahora con más fuerza, ella estaba empapada y ya el pene deslizaba sin ayuda, le tocaba los pechos mientras se fundían en un beso para al fin llegar al éxtasis del placer, se corrieron juntos, Jhonny se corrió.